Desde este tejado,con estas vistas, con un día de sol pero con mucho frío, me vienen a la cabeza infinidad de recuerdos. Cuantas veces hemos jugado por estas calles, cerca de la casa que nos vió nacer, jugar, reir, llorar...crecer. Me detengo un instante casi sin quererlo, el reflejo de la luz y el olor del día me han han inundado la cabeza de imágenes lejanas, pero a la vez recientes, es como si cerrando los ojos volviese al pasado, cuando sin preocupaciones y con mucha inocencia, con toda una vida por delante afrontabamos los días como un regalo, como un juego, una aventura...
Justo delante mío se levanta inconmensurable la imagen del Monasterio, ese maravilloso montón de piedras el cual me ha acompañado a lo largo de mi vida hasta el día de hoy y siempre con motivos muy diferentes. A ambos lados viejas calles con alguna remodelación, y esa antigüa plaza de nombre, pero rejuvenecida de aspecto.....ya no hay peces narajas del tamaño de un balón, los cuales intentabamos cojer día sí y día también. La bordean los bares y negocios de casi siempre, la gente se ha hecho mayor.
Al girar la cabeza un montón de bloques no me dejan ver el horizonte, mucho hormigón, pero también mil recuerdos.
Después de tantos años, nunca hubiese dicho que barriendo una vieja terraza volvería de nuevo a tener 13 años. (by fran)
1 comentario:
grande Fran¡¡¡¡
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