Erase una vez un escritor errante de pluma fácil y pensamiento certero, de corazón puro y vida turbada, con la tez dolida pero de enorme dulzura, perseguido muchos años por la maldición de un brujo sabio, que le destinó a la torre más alta de los castigos, la soledad consigo mismo. Luchando contra dragones de todo tipo, con su descendencia en el corazón y en cada mandoble de su espada, un amor en el horizonte y parte de su alma enterrada. Entre batalla y lucha, entre guerra ganada y guerra perdida, descansaba cada noche fiel a su pluma, entre los brazos de su doncella o en los recuerdos a su reina. Imaginando besos y ternura, recordando a los ángeles que se han ido, se quita lentamente su coraza de guerra para mostrarte la armadura de chocolate.(by fran).
Pd: Para ti Bella.
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