Letras

Recuerdo cuando te sostuve en mis brazos la primera vez,
la calidez de tu piel, como se llenó mi vida de una sensación
inexplicable, sin calificativos. Pensé lo insignificante que era
ante la grandeza del milagro de la vida, me sentí el hombre
más afortunado de la tierra pero a la vez como un niño,
desprotegido, despavorido ante todo, de como ese milagro
se convierte en personas con todo tipo de personalidades,
bondades, miserias, miedos, temores, vergüenzas, solidaridad,
egoísmos... No podemos protegernos de los actos de las personas,
ni proteger lo que amas, cuando te das cuenta de ello, el más insignificante
gesto, cualquier paso equivoco desemboca en un efecto.
Recuerdo como olías, nunca he vuelto a experimentar ese olor, único,
despiadadamente vivo, sencillo.
He intentado amar por encima de todas las cosas y personas, de los actos
que comenten, de su falta de sutileza, de mis errores, de los pasos mal dados,
insignificante ante lo que se presenta ante mí cada día, la sencillez de la vida,
El ego que se cierne ante nosotros, del que abusamos a nuestro antojo,
de las libertades mal entendidas, la soledad, el miedo, el fracaso con uno mismo,
nada de eso me ha nublado los sentidos, quizás la vista, pero no la esencia con
la que afronto, bajo mi total responsabilidad, el día a día, convirtiéndome en lo que soy.
Forjado con el dolor, respirando amor, sucumbiendo ante el sistema, su mecanismo,
el devorar los minutos sin prejuicios, llevándose a las gentes en su camino.
He pedido a gritos en silencio, sin respuesta, sin el tacto que necesitaba, el que necesita
todo humano, aunque nos creamos únicos y fuertes. He llorado sin ser visto, y lo mejor,
he llorado delante de sus ojos, de tus ojos, perdiendo el miedo, sintiendo la humildad
desnuda, de frente, sincera. He vivido tanto y tan poco que mi barco va al pairo,
y lo maneja mi corazón, quizás la única fuerza que me sostenta como ser.
Por ello abrazo tus besos, cambio cualquier cosa por vuestros tactos, cada minuto
por una mirada, cada semana por unos momentos puros, cada mes por una experiencia
sencila y así me revelo contra lo diario, lo vulgar.
Así paso mis noches, soñando, forjando los sueños, haciendolos posibles en mi corazón,
del único lugar de donde nadie puede robarlos, ni frustrarlos, maniatarlos, equivocarlos..
el único lugar que un día estuvo confundido por las personas, los errores, las consecuencias,
el tiempo y la vida....pero que ya nada podrá arrebartame.
Recuerdo como olías, como hueles, como creces, como evejeces....ante mis ojos, y yo contigo
y tu conmigo.

By fran