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jueves, 23 de mayo de 2013

Reflexiones sencillas...part3

Hoy escribiré sobre las consecuencias de la perdida de un ser querido, amigo, conocido,padre, madre,hermano...


En el transcurso de la vida conocemos casos cotidianos de personas
que fallecen de mil maneras, en circunstancias de todo tipo.
Nunca creemos que nos pueda suceder, o al menos pensamos que será la vejez quien nos vaya educando para ello.
A veces intentamos consolar del modo que nos sale, a la persona en cuestión dándole el apoyo que nosotros creemos necesario, estando cerca, o alejándonos otorgándole su espacio, respetando su dolor.
He visto como una familia entera, con todos y cada uno de sus miembros más allegados, cambiar de todas las maneras imaginables. El antes es duro, he incluso se torna cotidiano, pero las consecuencias del después son impredecibles e incluso devastadoras.
Nadie es quien para juzgar los sentimientos de cada persona tras estos casos, pero si para entender que todos y cada una de las personas que nos rodean necesitan el apoyo o amor
en cualquiera de sus variantes, aun tras el rechazo repentino que nuestro cuerpo evidencie.
Tras los primeros días, meses, incluso años, no creemos o somos poco conscientes del cambio en nuestra vida, en nuestro día a día e incluso en nuestra alma.
Cambios de humor en personas alegres, distanciamiento en personas muy sociables, preguntas sin respuesta, respuestas que no son las que quieres oír o simplemente no te llenan. Buscas causas,
consuelos, te aferras a la vida para entenderla, te vuelcas el la sencillez o la calidez de una conversación o a veces de un silencio compartido. Oyes muchos consejos dados con cariño, en ocasiones, y otros por decir simplemente algo.
A medida que el tiempo transcurre, no necesariamente el mismo para todos, te vas dando cuenta que nada banal importa, las cosas más sencillas son las más necesarias, a veces buscas un espacio libre y solitario para arrojar un grito ensordecedor que nadie oye. Otras buscas el hombro de alguien que no te juzgue, que no crea que eres débil por no saber afrontar la enmienda, simplemente alguien que amas, por el mero hecho de ser como es, con todas y cada una de sus cualidades o defectos.
El ayudar al prójimo se torna esencial, sobre todo a una madre, aun padre, aun hermano, al amigo íntimo desconsolado, intentas mantener una postura que en aquellos primeros pensamientos de infancia, donde creías que no te sucedería o simplemente tardaría en llegar, no imaginabas poder tener.
Es la reacción del cuerpo humano, el de cada uno. A pesar del distanciamiento, el camino que comiences tras los sucesos, la fuerza que crees tener los primeros meses, el legado que deja es como un camino que cada día tiene una variante nueva, pero que te acaba llevando siempre al mismo lugar.
A veces seguimos con nuestras vidas intentando que la monotonía, tan detestada en ocasiones, nos devuelva al día a día para así hacer más llevadero el dolor, pero a medida que todo transcurre, al fuerte se le caen las lágrimas, el callado grita, el solitario aparece, el desconsolado pide, y todos necesitan el calor de un humano.
En esta vida, tras mis experiencias, tantas como las de otra persona normal y corriente, las vivencias me han llevado a la conclusión personal, como no, de que todo ser humano estamos en este mundo para vivir, podemos hacerlo de la manera que mejor creamos, de la que decidamos, incluso de la que nos dejen, pero todos y cada uno de nosotros hemos salido del vientre de otro humano, de una madre. Eso conlleva una consecuencias tan sorprendentes como maravillosas. Todos hacemos camino, todos necesitamos vivir, crecer, experimentar...pero al final del camino, ese que menciono, el cual variamos por atajos o senderos varios, volvemos a la necesidad más antigua y pura, de una forma u otra, la necesidad de poder abrazar el calor de una persona que amamos. Un anciano, luchador como el que más, de un carácter extremadamente fuerte, un guerrero en toda regla, seguro y fuerte consigo mismo, en su lecho de muerte.. me dijo en una ocasión, nunca dejes de luchar y buscar a las personas que quieres,a las que amas, nunca les perdones un abrazo, un beso, pues cuando no estén lamentaras cada uno de los días en los que no lo hiciste.
Es una simple y humilde moraleja, o mensaje. No es para nadie y si para todos, para el que quiera cojerlo, o simplemente leerlo, escucharlo. Las nubes nublan los días, incluso largos periodos de tiempo, durante ese trayecto, no descuidemos lo que algún día necesitemos, o simplemente deseamos. 

Este escrito esta basado en mis vivencias propias, así como las varias decenas de personas que conozco, no es un escrito triste, tampoco una regla a seguir, simplemente son reflexiones y pequeñas conclusiones sobre lo que es algo tan devastador, común y que forma parte de la vida, pues es la conclusión de la misma.


Fran luque 23 de mayo 2013.


Para vosotros desde aquí....hacia donde esteis.






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