Las llamas rojas y amarillas de su ira contrastaban con la sensación de paz que me inundaba, mi interior estaba plácido, esos pocos minutos antes del fin fueron como una pequeña vida, pude recordar cada uno de mis buenos momentos, de todo lo que ocurrió en mi vida, no oía sus gritos, su odio y los ojos de quien nos rodeaban, solo sabia que volvería, que tendría la fuerza suficiente para liberarme y liberarlos a ellos.
Hoy desde lo más alto de esta montaña con mis alas negras, he completado mi venganza, una palabra siempre necesaria para quien obra con la maldad por cuerpo. He liberado a todos los esclavos de mi tierra, sin matar un solo hombre, he conseguido que todos ellos cumplan su castigo en las celdas que se habian creado, que ya no tengan alma, ni sueños ni ilusiones, que no rían, ni sueñen, ni sientan ni amen, que ya no puedan ser libres para seguir siendo cobardes.......................desde lo más alto de mi montaña observo mi obra.
Mi nombre es Codicia, y un día fui libre. (by fran).
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