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martes, 4 de octubre de 2011

El dolor

Reflexión personal.

Cuando el cuerpo no puede seguir los pasos de la mente,
esta se torna voraz consigo misma, no concibe el llevar
un ritmo, el seguir adelante, la lucha acostumbrada, el
incesante devenir de los días marcados, y que la fuerza
física no acompañe, es un encuentro contigo mismo,
de magnitudes devastadoras y días sin final alguno.
La noche se mezcla con el día y viceversa, acabas
descontrolado totalmente, solo el poder interior que
aflora o no, en estas situaciones, te mantiene activo,
en supervivencia continua, arrastrando y levantándote
haciendo un ejercicio personal muy exigente.
Hay veces que el dolor emocional es tan excesivo
dentro de un cuerpo que no crees que haya nada más,
pero si tu cuerpo te grita...acabas escuchándolo, sin más
es entonces cuando necesariamente necesitas fraguarte
constantemente de luces sinceras, de emociones instructivas,
de la humildad residente en todos aunque escondida por las
situaciones personales de cada ser, para poder darte esa tregua
para contigo, aceptar la calidez de una mano suave, una voz
cálida, palabras con actos, formas y maneras de actuar desde
el interior, sin recompensa ni precio exigido
El humano es exigente por excelencia, para uno mismo y en estos
tiempos para con todos, pero a veces simplemente nos olvidamos
de eso precisamente...que somos humanos, con sentimientos, y no
todos de lucha y tesón, el descanso emocional y físico se precisa
necesario para estos tiempos de incesante nerviosismo, de velocidad
terminal en todas nuestras acciones, de quemar minutos y devorar
problemas. Es entonces cuando nuestro mecanismo nos avisa, de
una forma concreta, de que necesita una nube en donde yacer y
recuperarse, donde poder percibir y empaparse de las concretas
acciones que lo alimentan para intentar olvidar, por unos instantes,
ese dolor incesante que mezcla lo real con lo ficticio, donde cada
hora parece un día entero y donde solo nos alivian pocas cosas,
entre ellas, y en momentos personales, el poder percibir que no
estas solo en la lucha, que a pesar de los acontecimientos y problemas,
siempre hay alguien que tiene esa mano suave y esa voz cálida
que te hace más bien que cualquier medicamento concreto.
Hay momentos que no podemos quitarnos el dolor físico, pero
si podemos intentar amenizarlo con el amor y la positividad
que se nos muestre cercana, latiente y despreocupada.
Ese ejercicio, aunque muy difícil, es importante intentarlo,
porque cierto es que solamente sabe lo que se siente....quien
lo vive o está viviendo.

                                                                    (by fran)


Interior dolorido, exterior intacto.....

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