La lluvia con la que parto

Camino sobrio, zapatos viejos, mirada certera, perdida, enjaulada
llevo puesta mi mejor camisa, la única sonrisa que me queda,el dolor envuelto en azules, en el pantalón preso, un sobrecon tu tacto dentro, el olor de tus pieles nocturnas, las lágrimas vivas,el armazón intacto, la lluvia se lleva parte de la nostalgia,retales de un cautiverio obligado, de un alma cristalina consciente.Amanecerá temprano en tus ojos, volverás a dulcificar la horas,a perpetrar silencios misteriosos, a navegar por tu alma,probaras sorbos del verso que te dibuja, miraras ciento y medio por tu ventana,al piano de otra aurora, en círculos te mueves.Me dirijo a notas superpuestas, en los balcones, de aquí a tu lecho,te cubro el rostro dolorido con las manos de un soñador cinceladoa latigazos de vida, entre verso y grito un suspiro al cielo,complice al instante de todo lo que sueño.Tu silla de madera, tallada en tardes buscadoras de calma, estaya colocada estrategicamente hacia tu horizonte, donde siemprerecitas minutos de sosiego trabajado, esperando un rayo de solcon un color distinto, una nota de tu voz quebrada, lanzada alinjusto momento en que nadie te supo escuchar...Ya veo el humo de tu fuego, la leña mojada de sudor y esfuerzo,en la lejanía se descubren tus ojos, reflectados como si nada porun caprichoso halo de esperanza, la que necesitamos todosen el camino de ese destino en forma de baraja, en forma departida de naipes marcados....ya arribo de nuevo al lado de tu consuelo.                                                byfran                                                                  

Atardeceres