tantas cosas a los demás, que su magnitud es incalculable, sencillamente ni ellas mismas saben de su poder, de hasta donde pueden calar en otra persona.
Esa línea tan aparentemente maravillosa, es delicadamente fina, quebrantable al más mínimo error, pero tan y tan poderosa que su luz brilla con una fuerza superior.
Cada uno elige su camino, y como siempre digo intenta forjar un destino, no siempre con final adecuado, pero lo importante es como lo hacemos, en que nos detenemos,
por quien y para qué. Esas personas necesitan ser amadas de corazón para darle la vuelta a lo que reciben
y a la mañana siguiente devolverlo inconscientemente a la magnitud que mencionaba.
Hacen tan felices, a las personas que se paran a observarlas, aceptarlas y amarlas, que en sus ojos, luce un brillo especial, y no siempre es visto por los demás, de hay que
otras personas sin nada dentro, o con la velocidad de la vida, el peso de la rutina, el don de la facilidad para cambiar de piel, se aprovechen de esos seres que son totalmente contrarios a ellas, dejándolas en ocasiones heridas, y cicatrices que jamás se van.
El humano por naturaleza hace de cada gesto un logro, de cada conquista una mueca, de cada traba un cumplido, y solo con la sencillez del frente a frente hablan los corazones.
No puedo olvidar, ni debo olvidar, lucidamente, a quienes me dieron o dan alegría, felicidad, maneras, o silencios, cada cosa en cada momento. Aunque la piel mute por días, y unas veces conquistaríamos imperios y otros simplemente callaríamos lentamente, escucho lo que mi motor me pide, no siempre con la sencillez que uno quisiera, pero si totalmente cierto, por mucho que ocurra.
Creo en las personas que son capaces de hacer que los demás sean felices, las personas que saben, y aunque se equivoquen, corregir situaciones o decisiones, y mostrarse leves y sinceros.
Detrás de la cara risueña existe un porque, tras la cara taciturna, existe otro motivo, en los ojos más callados
se dirimen cientos de historias, pero pocos los leen, o simplemente reparan en ellos.
Al salir hay fuera conseguimos escondernos o mostrarnos ante la muchedumbre, andamos como si todo fuera normal, como si todos fuésemos leves y pasajeros.....
Al salir hay fuera soy más yo, respiro el poco aire sano que queda, y cada anochecer me pregunto somos necesarios?, aunque muchos piensen que no hay nadie necesario, si que es cierto que
la vida se complemente y aparecen emociones vivencias que solo unos pocos te pueden marcar favorablemente para el resto de tu destino.
Al salir hay fuera, me pregunto.... si,estoy en lo cierto, cuando pasan por mi cabeza como una bella fotografía los pocos seres maravillosos que hacen que mi vida sea mejor.
Al salir hay fuera........(byfran).
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| @byfran photography |
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